Buenas a todos:
Como algunos sabeis, no estoy pasando por un buen momento. Pero es justamente cuando saco a relucir ideas que me parecen buenas y, si tengo fuerzas, escribo. Tengo un blog y aunque no actualizo a menudo, pues tengo temporadas en que publicaría cada minuto y otras en que pasan los meses y ni me atrevo a tocar el teclado detodo el cúmulo que tengo en la cabeza, suele ayudarme.
Hoy, sin darme cuenta, he escrito esto. Supongo que siempre se me ha dado mejor escribir que hablar. Y quería ponerlo aquí porque en un principio siempre tengo pensada una idea pero cuando empiezo a escribir dejo ir las manos y pueden llegar a salir cosas tan sencillas como éstas.Lo publico aquí por si a alguien le puede ayudar. Creo que tiene sus mensajitos por ahí en medio pero no me hagais descifrarlos porque es evidente que mi mente no está para ello. Espero que os guste y os pueda ser algo útil.
Besos. _________________________________________________________
Una noche, despacio y con cuidado, quiso deslizarse a través de sus sueños.
Lo que allí encontró fue diferente a lo que su imaginación le decía.
Angustia, desesperación, soledad y oscuridad. Una vástaga oscuridad. Es lo que quedaba de sus antiguas fantasias de niñez.
Por más que caminaba sus pasos resonaban en el eco amortiguado del silencio. La maraña viscosa de su confusión se le enredaba en los pies, húmedos del río salado de sus lágrimas acumuladas.
Entre tanto, se preguntaba si ese había sido el mismo lugar en el que se había refugiado. Allí no había color. No había esperanza. Allí solo quedaban cenizas. Las cenizas de un fuego extinto.
Tuvo miedo y se sintió desprotegida. El frío se le calaba y no encontraba la salida. Pero sabia que la había, siempre la había. La puerta aparecería y podría escapar de aquella pesadilla.
Antes, debía limpiar aquel lugar. Poner los cimientos para construir un nuevo hogar. Plantar nuevas flores. Pintar las paredes. Encontrar sus dibujos y poemas. Resucitar, a fin de cuentas, aquel lugar.
Y a ello se dedicó en cuerpo y alma mientras esperaba que el sol apareciese en el horizonte.
Porque algún día lo haría.
No tenía la menor duda.