No existen pilares en mi vida, mi mente se expande el la pequeña habitación, nada se sostiene. En mis venas, el mar recorre cada rincón de mi cuerpo. Mareas que asfixian mi corazón. Las pupilas dilatadas y desesperadas como esponjas absorben sin parar la luz, que aún así, oscurece más el cerebro. Cierro los ojos, mi corazón no late, no llora, no siente. Cualquier expresión de dolor, amor, alegría quedan superpuestas por la indiferencia. No soy nada, en mi cuerpo reside algún ser ya no humano, los fantasmas se apoderaron de él. Espejismos que sobrevuelan a mi alrededor, chillan y murmurean mi nombre, recordandome que les pertenezco. La ficción i la realidad son dos caras de una misma moneda, en la cual una depende intrínsicamente de la otra. Salió cruz, i otra vez el vacío se vuelve infinito, estalla en mi pecho y gota a gota se llena de fasedad. Es inútil huir, nada está más lejos que uno mismo. Pero cuando devoren mis entrañas y sólo reste miedo en mí, intentaré escapar en vano, pronunciando algún te quiero e instalándome en tu interior.
Bipolars