Coincido en el tema de hablar con los amigos aunque, claro, depende de con qué amigo. La mayoría de los míos no saben porqué varío tanto e incluso algunos hasta me evitan un poquito, al cabo de un tiempo, porque dicen que cambio demasiado.
El caso es que yo, cuando estoy de bajón, no hay casi ninguna actividad que me anime. Lo único por lo que me levanto de la cama es por el sonido de mi gata maullando y por los estudios. Y a veces ni por esto último. Lo que está claro es que por mi gatita, que se llama Medea, muevo montañas. Y muchas veces es ella quien me ve llorar y en los peores momentos...
El caso es que yo, cuando estoy de bajón, no hay casi ninguna actividad que me anime. Lo único por lo que me levanto de la cama es por el sonido de mi gata maullando y por los estudios. Y a veces ni por esto último. Lo que está claro es que por mi gatita, que se llama Medea, muevo montañas. Y muchas veces es ella quien me ve llorar y en los peores momentos...